miércoles, 28 de noviembre de 2007

El adolescente: breves apuntes






EL ADOLESCENTE


Hay que tener en cuenta que el adolescente vive una crisis de crecimiento, de adaptación a una nueva situación. Se siente perturbado porque en él urge la llamada de los otros, el instinto sexual que despierta y por que se siente rodeado de una enorme soledad. Vive cambios físicos, sociales, psicológicos y emocionales. Tiene nuevas sensaciones, se siente inseguro, se compara, se valora, expresa temor. El adolescente se desprende de normas, cambia de pensamientos y creencias, aprende a ser él mismo.
Tiene que asimilar sus cambios físicos. Su imagen corporal se vuelve trascendente. Transita por un período de narcisismo, modifica su imagen “frente al espejo”. Se hace egoísta y megalómano. Le importa mucho lo que digan de él, el autoconcepto se encuentra en esa fase a la deriva, con cambios bruscos, tiene mucho miedo al ridículo. Le es difícil aceptar consejos e indicaciones de los adultos, por esa necesidad de probar y descubrir. Le cuesta tomar decisiones porque aún no tiene suficientes recursos.
Hay que tratar de hablar y escucharle, entender cómo se siente y aceptar sus emociones, aunque no las compartamos. Ver lo que quiere comunicar realmente, no la forma o el dato puntual. Está atravesando un período de cambio en el que debe afrontar nuevos retos y tomar decisiones.
Sus sentimientos, actitudes e intereses los puede comunicar no sólo a través de las palabras, sino mediante sus gestos o el tono de voz. No intentemos cambiar todas sus conductas, hemos de ir a lo verdaderamente importante a lo que sea negativo para él o inaceptable.
Tener conversaciones sobre sus cambios físicos, sus nuevos hábitos, alimentación y salud que ha de llevar. Sus gustos y opiniones no coincidirán con los nuestros; no hay que tomarlo como un ataque personal, está descubriéndose. Necesita diferenciarse de los demás, de su familia, y a suvez reconocerse en una historia sin que su personalidad se disuelva.


Si recurre a otras personas (amigo, profesor, hermano) para poder solucionar sus problemas, no es porque le esté excluyendo de su vida, sino porque a veces, puede identificarse y enriquecerse mejor con ellas, Y, sin que Ud seje de ser importante, sus amigos compartirán con él dudas, alegrías, temores y apoyos.
Se hace más independiente pero necesita a la familia, sentirse querido e identificarse con el adulto, normas que ayuden en el clima familiar, que sus padres estén disponibles siempre y que se enorgullezca de él/ella.
Ante los conflictos de intereses que se representan en las relaciones padrs-hijos, cabe la negociación. Se realiza con mucha paciencia, con simpatía, con flexibilidad, con citerior, con límites preestablecidos.
No todo es negociable (drogas, agresividad, insultos, asistencia al Instituto..) Los límites han de ser trabajados. Se trata de llegar acuerdos, de escuchar diferentes puntos de vista, de no imponer sin razones. Transmitir que lo importante no es discutir quién tiene la razón, sino reflexionar sobre qué es lo correcto.
Las normas de convivencia han de estar claramente establecidas, cabe ir adaptandola a la edad y a la responsabilidad por parte del mismo. La libertad tiene un precio de respeto y responsabilidad, y su incumplimiento trae consecuencias negativas.
Pero no siempre se consigue un acuerdo. La decisión paterna prevalece; no se trata del autoritarismo, se precisa explicar y razonar el porqué de las cesiones. Pero, al fin, éstas han de tomarse.

No hay comentarios: